Los dinosaurios

Había un arqueólogo llamado Francisco, tenía muchos huesos de dinosaurios y muchos insectos, los coleccionaba. Vivía solo, no tenía amigos. Tenía familia, pero no se hablaban. Un día iba por la calle, y fue la primera vez que se enamoró de una mujer. Él como era un poco rarito, la empezó a perseguir. Cuando la mujer llegó a su casa, Francisco la llamo, no quería perderla, y la invitóa cenar. Ella aceptó no muy decidida.

Por la noche Francisco fue a casa de María a recogerla para ir a cenar. Fueron a un restaurante caro y hablaron de muchas cosas, y al día siguiente ya eran novios.

Francisco descubrió que María era inventora y que estaba haciendo una máquina del tiempo. Francisco se lo comentó y la empezó a ayudar. Al cabo de unos meses ya estaba terminada, y, Francisco adoraba a los dinosaurios, la pidió que si podían ir ahora a la época de estos animales.
Ella dijo que sí, se metieron en la máquina, la cerraron y le dieron al botón para ir al pasado, a la epoca de los donosaurios, y al cabo de unos minutos ya estaban allí. María se puso muy contenta porque su invento había funcionado. Pero la alegría se le acabó rápido porque derrepente apareció un donisourio delante de ella. !Menos mal que era herbívoro¡
Francisco estaba emocionadísimo, y se quedó al dinosaurio que vieron, porque, como fue el preimero, le gustó mucho más de los que vería a continuación.
Se subieron al dinosaurio, lo llamaron Fran. El dinosaurio los llevó a su guarida. Era preciosa, y decidieron vivir allí con él unos meses, para descubrir más sobre ellos.
Al cabo de un mes, María y Francisco no tenían miedo de los dinosaurio, ya los conocían.
A la mañana siguiente le atacaron unos dinosaurios depredadores a Fran. Francisco no paraba de llorar. María y Francisco llevaron a Fran a la guarida, y luego se fueron a dormir.
Francisco creía que había sido todo un sueño, pero cuando se despertó, el donosaurio seguía allí.

Yo creía que me amabas

Tu me mirabas

y yo creía que me amabas.

Recuerdo las tardes de verano

paseando juntos de la mano

los pies descalzos sobre la arena
y tu acariciando mi melena.

Tu me abrazabas
y yo cría que me amabas.

Cariño era lo que tenía
ya mor lo qie sentía.
Mañanas de sol y playa
tardes de amigos y marcha,
noches de despedida y añoranza.

Tu me besabas
y to creía que me amabas,
pero el verano se acababa
y la distancia nos separaba.

La vida real

Los lunes son un día terrible porque como los fines de semana me levanto muy tarde, el lunes como madrugo mucho, tengo mucho sueño.
Ahora, en el futuro, los lunes no son un día terrible, porque el colegio o instituto es muy diferente al pasado: no nos mandan deberes, no tenemos examenes... y, lo mejor, podemos volar.
El colegio en el futuro es de metal y los profes son robots, tenemos tubos que salen de nuestra casa al colegio, y llegamos en dos o tres segundos. Así no nos tenemos que levantar pronto para coger el autobus como en el pasado.
En el futuro, solo tenemos cuatro horas de clase. No hay ni ciencias sociales, ni tecnología, ni francés, ni ciencias naturales y ni educación  físca. Solo hay inglés lengua, mates y mae, la hora de estudio.
A mi me encanta ir al colegio, por todo lo que os he dicho antes y además, ahora no hay grupos de popularidad. Somos todos iguales, aunque alguno se cree superior, pero eso es de siempre.
Ahora, también quedamos los viernes, pero también todos los días de la semana porque no tenemos deberes y no tenemos que estudiar, me encanta el futuro.

Esto es el pasado, y los lunes son una mierda, lo que os he dicho antes es lo que me gustaría que fuera la ida de los niños y de los adolescentes, y lo que mas me gustaría que cambiara es lo de la popularidad, porque la gente se cree superior por lo de ser popular, por beber cuando se van de botellón y por fumar.
Y la gente que no es popular no es nadie y pasan de ella.